martes, 30 de marzo de 2010

La parte de Archimboldi

E) La parte de Archimboldi
Hans Reiter nació en 1920 en una minúscula aldea prusiana. Hijo de una mujer tuerta y un hombre cojo excombatiente de la Primera Guerra Mundial, la biografía de Reiter no se corresponde en absoluto con la vida de ningún literato conocido. Su hobby de infancia es el buceo y el único libro que parece interesarle durante la primera etapa de su vida es un manual divulgativo sobre algas, Algunos animales y plantas del litoral europeo, que lo acompañará toda su vida. Mal estudiante y poco trabajador, su madre lo introduce en la casa solariega del baron Von Zumpe como criado después de varios intentos fallidos por darle al muchacho una profesión. Para entonces habrá nacido su hermana pequeña Lotte, diez años menor y ferviente adoradora de Hans, a quien cree un gigante bondadoso debido a su gran altura y enorme corazón.
La casa es ocupada eventualmente por un sobrino del barón, Hugo Halder, hijo de un pintor francés retratista de cadáveres de mujeres muertas, el primer y único amigo de Hans, responsable del aumento del caudal de sus lecturas más allá del manual de algas. En ocasiones, se deja ver por la casa la hija del barón, la baronesa Von Zumpe, de la que Halder se encuentra perdidamente enamorado.
Hans Reiter es llamado a filas por el ejército del Reich, ingresando en la unidad hipomóvil, destinada al Frente Oriental. El joven se separa de su familia perdiéndoles la pista por algún tiempo y marcha a la guerra pese a su deseo expreso de combatir en un submarino contemplando algas. A estas alturas de su vida no se tiene constancia de que haya escrito una sola línea ni tampoco leído demasiado. Se separa para siempre de su amigo Hugo Halder, aunque no de su prima la baronesa, con quien coincidirá en Rumanía estando él de misión militar y siendo ella la amante del general nazi Entrescu, de cuya suerte atroz nos enteraremos posteriormente.

Pasan los años en el Frente y un día el joven Reiter da a parar a una aldea ucraniana a orillas del Dnièper, no sabemos si antes o después de la famosa batalla. Allí, con su unidad decididamente mermada por las circunstancias, se instala solo en una isba abandonada huyendo de la locura que asola la tropa. Maltrecho y herido, pues Hans había recibido un balazo en la garganta que lo dejaría sin habla algún tiempo, da vueltas por la casa en busca de algo que pueda servirle de venda, tal era la situación de su unidad. Es entonces cuando se produce quizá el momento más importante de toda su vida: halla el escondite de una familia judía ingeniosamente tallado detrás de la chimenea, en su interior, guardado con celo, el diario del malhadado Borís Ansky. Es entonces cuando conoce por primera vez la existencia del pintor renacentista Giuseppe Arcimboldo, consuelo intelectual de Ansky, pero también se da de bruces con el testimonio de una mente libre e imaginativa perseguida por el régimen de Stalin, de un anónimo agitador cultural del Moscú de la época, de un soldado del ejército rojo, de un hijo asolado por la pena y el hambre de sus padres, de un judío perseguido, pero sobre todo, de un escritor. Un escritor desconocido, un escritor que dejará que otro publique sus textos de ciencia ficción como propios y pague por ello con su vida, un escritor en constante huida, un escritor de cuya muerte Reiter se autoinculpa, pero un escritor al fin de al cabo, el primer escritor fundamental en la formación del futuro Archimboldi.
Finalmente Reiter desierta del Ejército Nazi poco antes de acabar la guerra, no sin antes conocer el triste final del amante de la baronesa Von Zumpe, el general Entrescu, empalado por sus propios hombres en el castillo donde disfrutó de la compañía de sus amigos. En 1945 se rinde a unos soldados americanos y es trasladado a un campo de prisioneros. Otro capítulo de suma importancia acontece en su vida atormentándolo para siempre y contribuyendo definitivamente a su desaparición: estrangula a su compañero de barracón, un alto mando del Tercer Reich que en las postrimerías de la rendición, excusándose en la celeridad de los acontecimientos, organizó una partida de niños polacos convenientemente manipulada para lograr el rápido fusilamiento de más de un centenar de judíos.
Es liberado y marcha a Colonia donde entrará a trabajar como portero de un prostíbulo y donde forma lo más parecido a un matrimonio que tendrá en toda su vida con una joven con claros síntomas de inestabilidad mental, Ingeborg, a quien conoció antes del fin de los combates, mientras buscaba a Hugo Halder. Comienza la época más frenética de Hans Reiter. De un día para otro se sienta a escribir, finaliza su primera novela, se cambia de nombre por miedo a ser juzgado y consigue, tras tres infructuosos intentos, ser publicado por una antigua y prestigiosa editorial alemana. Hans Reiter se ha convertido ya en Benno von Archimboldi. Su editor, el Señor Bubis, es un judío alemán exiliado en Londres durante la Guerra y desde el comienzo apoyará a Archimboldi sin reservas a pesar del escaso éxito de sus primeros escritos. Ingeborg muere en Italia, durante un viaje y Archimboldi se convierte así en un introvertido y desaparecido hombre errante. A partir de ahora sólo el editor y su mujer serán eventuales conocedores de su paradero, ciudades diversas donde trabajará de jardinero pese a los crecientes ingresos de sus libros. La identidad de la misteriosa señora Bubis, amante de Hans, resulta una de las mayores sorpresas de la novela: se trata de la versátil baronesa Von Zumpe.
«Y llegamos finalmente a la hermana de Archimboldi, Lotte Reiter ». La hermana pequeña de Hans, su adoradora incondicional, que sin embargo ignorará la mayor parte de su vida la ubicación de éste así como su condición de escritor. El azar quiere que un día Lotte, siendo ya anciana, compre un libro de Archimboldi en el aeropuerto, descubriendo accidentalmente la verdadera identidad de éste. Consigue contactar con su desaparecido hermano gracias a la Señora Bubis. Pero no es únicamente amor lo que mueve a Lotte al reencuentro, esta vez necesita verdadera ayuda, su hijo, es decir, el sobrino de Archimboldi, Klaus Haas, se encuentra encarcelado en una extraña ciudad mexicana, Santa Teresa, acusado de los brutales asesinatos de mujeres que tienen periódicamente lugar en el estado de Sonora desde 1993. El texto conecta así todas sus ramas al bulbo.

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